domingo, 7 de marzo de 2010

Vivaldi pellizca el alma


El pasado 4 de marzo fue el cumpleaños de Antonio Lucio Vivaldi. Ese hombre que compuso las melodías más hermosas que existen. Me gustaría poder leer una buena biografía suya, lo que he encontrado en internet sobre él no descubre al hombre que nos regaló El Invierno. En general, Las Cuatro Estaciones son un momento de gloria dentro de una vida más bien llana. Es como si al escucharlas sintiésemos que hay algo...algo que debemos descubrir urgentemente, con locura, algo que grita, algo que quiere huir, algo que quiere ser, pero con los últimos acordes, nos damos cuenta de que no llegamos, de que es la música, la que nos está haciendo grandes, la que nos está ensalzando el pecho, pero nosotros queremos sentirmos durante mucho más tiempo grandes...por eso la ponemos una y otra vez, queremos ser ese verso de ese gran drama que es la vida...sí, que ella no pase sin nosotros, corremos detrás, porque se nos escapa, y tiene tanta fuerza y es tan bella, tan veloz... quisiéramos retenerla siempre, y cuando suenan todos los violines nos damos cuenta de que no hay alternativa, ella se va a ir y nos vamos a quedar muy solos. Solos esos que, a veces, la insultan: llana.

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