lunes, 31 de enero de 2011

Un largo y curioso invierno


Hasta ahora nunca había percibido el invierno de forma tan hostil. El frío se filtra en cada rincón de mi vida y la niebla me impide ver con claridad lo que estoy muriendo por ver.
Los días pasan tristes, cansados, incluso medio vacíos, como si algo hubiese extraído parte de mi esencia y mi yo no fuera más que una mitad incompleta que busca y no encuentra consuelo y paz.
Soy yo a medias, vivo a medias, siento a medias, quiero a medias, todo a medias.
No sé hasta cuándo persistirá esta abulia ¿hasta que el aire comience a calentarse? quizás, tengo la esperanza de que ese calor traiga de vuelta mi voluntad entera perdida en el limbo de la frialdad.