lunes, 8 de marzo de 2010

Impaciencia


Hoy he pensado mucho en el estrés, en las decisiones correctas, en el valor, la confianza en uno mismo. A veces, cuando las cosas no funcionan demasiado bien, se requiere una autoconfianza muy sólida para seguir adelante y no hundirse.
Hace poco empecé a trabajar en una nueva empresa, llevo varias semanas aprendiendo lo que hay que aprender y hoy llegó el momento de la verdad. Nadie que esté siempre a tu lado y a quien puedas preguntar cualquier duda, vergüenza por estar preguntando si es que encontrabas a alguien cerca, quizás hasta una estupidez, estrés infinito por no poder dar la información de forma rápida y eficiente al cliente. La desesperación se apodera de mí. Intento tranquilizarme de mil maneras, mi vida no depende de ello, la vida es corta como para sentirse tan alicaído por algo tan poco importante, pero es que no quiero defraudarme a mí misma. Nadie nació sabiendo y la práctica hace al maestro, lo sé, lo sé, pero me falta la paciencia y sin paciencia es difícil.
En el camino de vuelta (haciendo nada más que pensar en el autobús) y después de llorar la desilusión... me fui reponiendo, recuperando la ilusión sin más lágrimas desilusionadas (por hoy), mañana será otro día, limpio de errores y mañana me daré ánimos a mí misma, más de los que me he dado hoy, mañana lo haré mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario