domingo, 7 de marzo de 2010

Howl y una resaca


Este fin de semana ha sido bastante fructífero en cierto aspecto. He visto tres películas, una de ellas se ha convertido en una gran favorita: El castillo ambulante de Howl. Es una película de Hayao Miyazaki. Hasta hace unas semanas no relacionaba este nombre con El viaje de Chihiro, La princesa Mononoke y El castillo ambulante de Howl, aunque, en su día viera, que anunciaban estas pelis en el cine, o las había oído mentar en algún sitio. Por casualidades de la vida, empecé a informarme y a averiguar, y por casualidades de la vida también, mi ignorancia es ahora un poquito menos inmensa.
Resulta que este señor es un genio aclamado y con un montón de seguidores. El castillo ambulante de Howl es poética, divertida, profunda y romántica. Que toca temas que, por lo menos a mí, me subyugan, tales como: la vejez, la belleza, el egoísmo, la muerte, la amistad, el perdón, el arrepentimiento y la entrega. Todo en un ambiente mágico donde la realidad se mezcla con la ficción en una armonía perfecta. Los persojajes son cada uno más adorable que el otro y no exagero si digo que si miráis con atención, os cautivará. Todavía me quedan muchas por ver, pero sé que sé de antemano que esta será mi favorita.
Acabo de terminar de ver Resacón en las Vegas, si estáis de bajón, os la recomiendo. Es muy divertida y levanta el ánimo, pero los habitantes del castillo de Howl también os proporcionarán alegrías. La vida es mágica aunque, a veces, no lo parezca.

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