miércoles, 9 de junio de 2010

Siempre es vanidad I


¿Qué preferiría tener? ¿una belleza divina, una inteligencia deslumbrante o una bondad angelical? Ana de las Tejas Verdes
Hace unos días, mientras daba un paseo en bicicleta, me vino a la cabeza un pensamiento, pensaba en que la vida, mi vida sería bastante más fácil si fuese un poco menos vanidosa. y ésta no sólo sería más fácil, estoy segura de que la disfrutaría con mucha más intensidad, que podría, que sería capaz de experimentarlo todo de forma más amplia y profunda.
Lo que ahora llamo vanidad (después le daré otro nombre) me complica la vida en muchos aspectos, empezando, porque no me gusta salir a la calle sin, por lo menos, haberme arreglado un poco las cejas y los ojos, la ropa no me importa demasiado, puedo ser bastante casual (chándal, camiseta) sobre todo si salgo sólo por mi barrio, aunque tampoco voy a negar que dependiendo de para qué, me encanta acicalarme, bueno...no es sólo que me encante, lo considero necesario. Y según el humor del día, le dedico más o menos ganas. No siempre me apetece ponerme guapa. A veces me hastía, entonces sólo arreglo lo indispensable.
Hay partes de mi cuerpo que no me convencen y me visto de tal manera que queden ocultas mis imperfecciones. Nunca muestro algo que no considere digno de mostrar (es probable que mis consideraciones no sean del todo objetivas, ni para bien ni para mal) ¿por qué iba a hacerme fea a propósito?...más imperfecta... pudiendo ser más guapa. Nadie en la calle podrá decir, esa chica tiene unas piernas muy blancas, se le notan mucho esas venas...tan verdes, yo, en su lugar, no me pondría nunca esa minifalda.
Pero (y la cruz se hace más pesada) no se trata sólo de mi cuerpo, mi cara, mi aspecto; también me molesta ensuciarme, pringarme, etc. y cuando sucede, me siento incómoda ¡pobre de mí! no hay nada que pueda hacer para remediarlo. ¡Cuánto daría por ser más silvestre! ¡Qué bien viven los silvestres y cuánto los envidio!
Según la RAE vanidad es: presunción, arrogancia, envanecimiento. No creo ser poseedora de dichos defectos o , por lo menos, no de forma que valga la pena mencionar, ¡sí! soy terriblemente AUTO CRÍTICA y puede que esto, a veces, pueda dotarme de ciertas características típicas de la superficialidad.
No voy a negar que soy una donna (me gusta esta palabra) con una saludable seguridad en sí misma, pero también soy, intento permanecer modesta. La generosidad, la modestia y la franqueza son las virtudes que más aprecio en una persona y creo estar en posesión de las tres...no siempre al 100% pero es a lo que aspiro. Un 75% de cada en una persona ya la convierte en alguien bastante recomendable.
Soy conciente de que no soy la más guapa, ni la más lista, la más agradable, la más esbelta o la más alta, pero soy como soy y es mi deber sagrado quererme. Si no me quiero a mí misma...¿quién iba a poder quererme?

2 comentarios:

  1. Srta. Finch, me resulta curioso que usted acepte un 75% de generosidad, franqueza y modestia en los demás pero se autoexija un 100% de belleza física.
    Yo creo que vernos más o menos guapos es un estado de ánimo.
    Así que siga queriéndose a sí misma, por convicción o devoción, que los demás ya la querremos de corazón.

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  2. Uhmm, yo sigo mi propia definición de perfección, que está muy lejos de ser perfección en sí, ¿entiendes? imagino que habrá mucha gente que podrá criticar mi forma de vestir, los granos de mi cara, mi corte de pelo, lo bajita que soy, el pañuelo que llevo en la cabeza, etc., Don Canhas. :D
    Los que no me conocen, los que sólo me ven pasar, no saben nada de lo que guardo dentro, sólo pueden ver lo externo. Y sí, me gusta verme bien y que me vean bien, lucir bien en general (soy coqueta, qué le vamos a hacer y no es que esté muy orgullosa de ello, pero tengo que aceptarme como soy :D)...ya luego siempre puede criticárseme algo...
    Espero haberme expresado bien y que entiendas lo que quiero decir.
    ¡Gracias por comentar!

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